Narrativas històricas en 3ero B. ( Segunda entrega)
Felicitaciones a Camila por este trabajo, espero que disfruten de su lectura.
Visita al Museo Histórico Saavedra
Narración a partir de la observación de un objeto
histórico
“El Mùsico”
El reloj marcaba las ocho de la
noche en la casa de los Rivadavia cuando la música llenó el salón. Ese día,
como todos los martes, la familia realizaba una de sus ya conocidas tertulias,
en donde hablaban sobre las últimas noticias de la ciudad, jugaban a las
cartas, cenaban y, para el final de la reunión, escuchaban música y bailaban a
su compás. El gran salón estaba muy decorado, las más finas vasijas de
porcelana habían sido colocadas sobre las mesas con flores de diferentes formas
y colores. Se habían cambiado incluso
las cortinas y las alfombras, que fueron remplazadas por unas de color rojo con
pequeños detalles hechos con hilos dorados.
Todo, hasta el más pequeño rincón de la casa, había
sido limpiado en el día anterior por dos sirvientes. En la casa de la familia
había un piano que siempre se usaba durante las tertulias. Los invitados
tocaban algunas notas, aunque ninguno era un gran pianista. También había un
gran arpa que estaba ubicado cerca de una ventana. Este había sido pasada de
generación en generación entre la familia, pero nadie en de la casa lo usaba
porque nadie sabía como tocar el instrumento. Solo su primer dueño, que había
muerto hace más de ochenta años, sabía usarlo, pero luego nadie más de sus
familiares se interesó en aprender cómo tocar ese complejo instrumento. Tampoco le daban mucha importancia, lo usaban
para decorar el salón. Los Rivadavia ya no lo querían, era viejo, nadie lo
utilizaba y solo servía para acumular polvo.
Esta reunión iba
a ser la primera para Alicia Rivadavia, la hija mayor de la familia de tan solo
15 años de edad. Era una mujer joven y muy bella, de ojos verdes y cabello
castaño oscuro. Ella nunca había presenciado una tertulia anteriormente. Su
madre, María Rivadavia, le había dicho que así era como a las mujeres de su
clase social se las presentaba en sociedad.
Cuando entró al salón, este estaba repleto de gente.
Por debajo de las voces de las personas que la recibieron, se escuchaba una
suave y agradable melodía, una que Alicia nunca había escuchado antes. Luego de
saludar a todos los invitados, se dirigió al lugar de donde provenía la música.
Venía de un rincón muy familiar que estaba cerca de una ventana. Era el arpa.
Ese viejo instrumento que nadie usaba, ese que ocupaba espacio en la casa,
estaba siendo tocado por un joven de casi la misma edad de Alicia. Era un joven
muy apuesto. Estaba vestido con ropa que a simple vista se veía que era de tela
de muy buena calidad, lo que daba a entender que él y su familia debían tener
un muy alto poder adquisitivo. Cuando levantó su vista de las cuerdas del arpa,
vio a Alicia y luego le sonrió, mostrando una blanca sonrisa. Nuevamente bajó
la vista para volver a concentrarse en la dulce melodía que tocaba.
Fue como un amor a primera vista para Alicia.
Tímidamente, se acercó hacia él y lo saludó. Hablaron un poco sobre sus vidas
en la sociedad y sobre sus familias. Él hablaba con entusiasmo e inteligencia.
Se llamaba Marcos y sus padres eran viejos amigos de los de ella. Provenían de la Gobernación de
Misiones y estaban en Buenos Aires porque habían sido invitados a la tertulia
de esa semana y querían visitarlos. Iban a estar por tres semanas en Buenos
Aires y después volverían a su casa. Él le contó que de niño su padre le había
enseñado cómo tocar el arpa, y toca el instrumento desde entonces.
Luego cenaron
con el resto de los invitados y más tarde bailaron y
escucharon cómo la madre de Alicia tocaba el piano. También Marcos volvió a
tocar su melodía con el arpa de la familia Rivadavia. Cuando terminó la reunión, se entristecieron
por tener que separarse, pero prometieron enviarse cartas para mantenerse en
contacto y volver a verse algún día.
A Alicia nunca le había gustado ese viejo arpa, y nunca
había escuchado la música que era capaz de producir, pero a partir de esa noche
en la tertulia se dio cuenta de que se había enamorado de esa única y dulce
melodía…y de Marcos.
Camila Contreras.
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